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Eduardo Adrianzén: “Vivimos en medio de una cultura combi”

Publicado: 2011-04-04

Alista la nueva versión de La Perricholi

Entrevista Parte (I)

¿Se recuerdan de la telenovela Los de Arriba y los de abajo? La historia sobre la fusión de los inmigrantes y los dueños de la capital en la década de los noventas, periodo agónico de una sociedad mestiza y segregadora. ¡Imposible de olvidar! ¿No? Los de Arriba y los de abajo fue un producto televisivo que capturó buenos niveles de rating y la escribió el joven dramaturgo Eduardo Adrienzén, uno de los personajes clave en la reapertura y reflote de un género en la década de los 90 -las telenovelas- venido a menos y parado por falta de interés de los inversionistas locales en su afán por invertir y apostar por productos foráneos como los culebrones mexicanos y/o venezolanos. Pero en las lides de la dramaturgia televisiva Adrianzén no es nuevo. ¡No! Eduardo se incorporó como guionista a Panamericana TV en 1985 siendo ‘Carmín’, uno sus primeros trabajos como guionista asistente. Le siguieron una serie de producciones hasta 'Qué buena raza', 'Todo se compra y todo se vende' y la adaptación que hiciera con la popular 'Girasoles para Lucía'. Su primera teleserie –cuyo guión escribió entre 1986 y 1987– fue la adaptación del libro 'Matalaché', el romance de un mulato esclavo con una blanca allá por 1830. De otro lado, escribió la teleserie 'Regresa', historia de ficción basada en la vida de la cantante popular peruana Lucha Reyes amén de 'La Perricholi' que recreó la vida de una actriz amante de un virrey en 1760 y muchas teleseries más. Hoy por hoy Adrianzén además de ser un sólido guionista de televisión es un destacado dramaturgo de teatro. En breve Eduardo Adrianzén, el hombre clave de la historia contemporánea de la televisión peruana retorna a la Caja boba con la reposición de La Perricholi, el próximo producto de la dupla Gómez/Adrienzén. Precisamente para charlar al respecto Lima en Escena fue en busca del destacado escritor. Allí va

-¿Cómo cambió Lima en esta última década?

-¿Cómo cambió Lima? ¡Lima cambió mucho! ¡Terrible! Recuerdo que toda la gente de los noventas tenía ganas de ver el cambio de aquel entonces: diferente, un panorama social del nuevo Perú, disímil al del actual.

-¿Hablamos de la cultura chicha de aquel entonces?

-¡Por supuesto! Se veía interesante la fusión entre los inmigrantes y los dueños de la capital pero lamentablemente diez años después solo podemos hablar de la cultura “combi”, la cual, lamentablemente, recogió lo peor del capitalismo y del individualismo en su máximo extremo

-¿Te refieres a las “combis asesinas” que igualmente siguen vigentes?

-¡Por supuesto!

- Cultura que no ha cambiado…

¡No! Vivimos en medio de la cultura combi y como podrás observar perdí el romanticismo por el nivel de la nueva sociedad peruana.

-¿Que se perdió?

-Se perdió mucho en temas tan vitales como la civilidad, la democracia, la ciudadanía. La peor herencia de los fujimoristas y compañía fue la destrucción completa de cualquier posibilidad de desarrollo; estamos ante una cultura: “sálvese quien pueda”.

-¿Qué es lo peor de esta herencia?

-La falta de interés de parte de los jóvenes por otras manifestaciones culturales, lo cual me parece terrible.

-¿Un caos?

-La cultura actual gobierna bajo el lema: “hago lo que quiera y no me interesan los demás”, carece de ética ¿No te parece? A propósito de este tema, hace unos días leí una encuesta en donde se informa que a la gente de Lima no le importa si alguien roba, hace obras, es decir, lo harían también si tuvieran poder ¿No? El concepto ahora es: no importa robar y perjudicar a otros si realizo una “obrita” para “distraer a los demás”.

¿Cómo visualiza la televisión de hoy?

Antes me agradaba trabajar en la televisión porque me parecía genial observar un medio de comunicación masiva en donde podías llegar a muchísima gente con productos nacionales loables. Ahora me da vergüenza observar que está plagada de personajes que no tienen la menor capacidad, mucho menos responsabilidad social, para estar delante de una cámara y ser líderes de opinión. Salvando a determinadas personas que trabajan en la TV y que considero hacen las cosas bien. En estos momentos decir “trabajo en televisión de señal abierta”, no es algo extraordinario

-¿Le decepciona el formato actual de la televisión abierta?

-¡Me decepciona la televisión cuyos programas no dicen nada! Los informativos, por ejemplo. Ahora, si entramos a los programas de ficción encontramos cosas interesantes…

-¿Por ejemplo?

-Al fondo hay sitio, por ejemplo, es un producto interesante de buen concepto. Me parece un producto digno, plausible. Bien por nosotros –los escritores, guionistas, dramaturgos- que elaboramos productos originales. Este programa es el barco solitario y exitoso de los creativos nacionales, me alegro mucho que les vaya bien porque se lo merecen.

-¿No concitan su interés?

-¡No!

¿En la telenovela Hay fondo hay sitio es una proyección de la que fue Los de arriba y los de abajo?

-Podría ser una hija o una nieta o como lo quieras llamar pero hay diferencias entre ambos productos.

-¿Cuáles?

- Al fondo hay sitio, es una historia no confrontacional, mientras que Los de arriba y los de abajo, fue una historia frontal que te obligaba a tomar una posición ética, política, social. La historia de Al fondo hay sitio, evita la confrontación y es un producto amable, acto para todo público, nada chocante, nada provocador.

-¿Qué opina de Los exitosos Gómez?

-Es una copia de las producciones foráneas. Es la confianza en el escritor de afuera para hacer aquí grandes y muy bien pagadas producciones. Es una franquicia bien producida, bien actuada: es el negocio de los productores más no de los creativos.

-Tiene más de una década trabajando en el teatro, ¿cómo observas la escena teatral local?

¡Interesante! ¡Interesante! Si bien no captura el 0.0.5 por ciento del público que captura la televisión es un espacio en donde puedes exhibir la historia que desees. En el segmento del teatro local aún existe la posibilidad de exponer libremente lo que desees. El teatro juega con otras reglas: poco público, no hay censura, en fin.

-Incluso ganó el concurso de dramaturgia convocado por el Teatro Británico

-Si ganó mi obra “Respira”. El premio fue estrenarla en el teatro pero causó cierto revuelo

-¿Por qué?

-¡Por la historia! El tema era sobre una familia previa a la aparición de Sendero en el año 1979. Es la historia de dos hermanos, el de 10 años se prepara para la primera comunión y el mayor se prepara para entrar a Sendero, es un paralelo entre la religión y política. Me pareció interesante abordar este tema y con la mejor producción de Lima. Tenía a Roberto Ángeles en la dirección quien contó con un elenco maravilloso, fue una extraordinaria experiencia.

-¿En qué afecto?

El tema como tal no le pareció a un grupo de encopetados y parece que les afectó e incluso se habló de sacarla…

-¿Sí?

-¡Sí! Pero finalmente primó la razón y seguimos la temporada

-A propósito de censura, ¿campea la censura por lo menos en lo que a manifestaciones artísticas se refiere?

-¡Por supuesto! Hoy por hoy los fachos te dicen en tu cara: “soy fascista, soy opus, soy nazi y te quiero destruir”. Ahora te lo dicen claramente y te tratan de liquidar y tú ya sabes quienes son. Antes era políticamente incorrecto decirlo, ahora no, pero existe la posibilidad de que la gente los enfrenta y ésa es la parte buena.

-¿Se siente  libre para volcar tu creatividad en los escenarios?

-¡Sí! No he tenido problemas

-Sus obras teatrales, ¿mantienen su posición visceral de las cosas?

-¡Por supuesto! Precisamente ser visceral es mi vocación

-¿Estrenó una obra basada en la historia de Javier Heraud?

-Es la historia de la juventud de los años 60 influenciada por el Che Guevara, post la revolución cubana. Heraud es el símbolo, literalmente, del chico que muere de la manera más absurda, porque está convencido de una idea que en el futuro se demostró que era un fracaso.

-¿Tanto Respira como Heraud abordan la coyuntura de dos etapas políticas bien marcadas en la historia de nuestro país?

-¡Totalmente!

-¿Por qué?

-¡Porque me interesa sobremanera la política!

-¿En televisión es imposible escribir este tipo de historia?

-¡Por supuesto! ¡En televisión conozco mis límites! Se de los temas que no vienen al caso tratar en la caja boba.

-De su trayectoria profesional, ¿qué fue lo positivo de Los de arriba y los de abajo?

-¿Lo positivo? ¡No tuve vida! ¡Es curioso! No lo registro como experiencia personal. Solo me recuerdo trabajando locamente para la televisión. ¿Es chistoso no? La vida es mucho más que estar metido en la televisión.

-¿Le sirvió de algo la experiencia?

-¡Claro que sí! Además era lo que tenía que hacer, lo que me tocaba hacer. Los dos años en los cuales hice Los de arriba y los de abajo, Los unos y los otros me sirvieron para cimentarme como escritor de televisión.

-¿Cómo se da su pase al teatro?

-Como todo en la vida: de a pocos. Me fui enamorando poco a poco. El año 1995 escribí una obra muy pequeña: ‘De repente un beso’ y se la regalé a unos amigos y cuando se montó en el teatro ni siquiera contó con un afiche solo con un programa de mano.

-¿Por qué?

-¡No había plata pero igual la estrenamos con mis amigos!

-¿Quiénes?

-Pipo Gallo, Gabriella Billoti, July Naters, en fin. La hicimos y funcionó.

-¿Así vinieron las demás?

-¡Sí! Ese mismo año escribí El día de la luna y se le di a Miguel Iza y ganó el premio Teatro Nacional y la montó el mismo Teatro Nacional y fue todo un éxito.

-¿De aquí en adelante se dedicaste ciento por ciento al teatro?

¡Sí! En este momento decido dedicarme de lleno al teatro y empecé a estrenar una obra de teatro por año.

¿Se aleja temporalmente a la televisión?

¡No! En el 2001 volví a la televisión.

¿Qué historias realizó?

Hice Que buena raza, una maravilla de telenovela, una de mis mejores novelas.

¿Luego?

Posteriormente vinieron Demasiada belleza, Eva del Edén…(En los próximos días la Parte II)


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