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Elliot Túpac: “Letra Capital es un homenaje a la cultura chicha”

Publicado: 2012-10-05

La Galería Pancho Fierro del Centro de Lima, fue el escenario perfecto para la inauguración de “Letra Capital”, interesante exhibición visual que reúne los mejores trabajos del diseñador y artista gráfico Elliot Urcuhuaranga Cárdenas, más conocido como “Elliot Túpac”. Bordados, serigrafías, instalaciones y afiches  de los Shapis, Los Ovnis, Alegria, Vico y su grupo Karicia, nos llevan a un contexto social marcado por el fenómeno musical tropical andino o también llamado “chicha”  de la década de los ochentas.

-¿“Letra Capital”, es una distinción a la cultura chicha de los ochentas?

-Definitivamente, he nacido, crecido y formado en medio de la cultura chicha de los ochentas; mi familia es una de las familias precursoras en el arte del afiche de toda esta “movida” y mis trabajos son el reflejo de este período a través de la tipografía gráfica de la época.

-¿En qué momento decidió tomar esta labor de manera profesional?

-Desde mi etapa de estudiante universitario. Recuerdo que mis compañeros me preguntaban a qué me dedicaba y les comentaba que trabajaba en la gráfica popular haciendo cárteres y recuerdo que muchos menospreciaban este arte.

-¿Menospreciaban?

¡Totalmente!  En los ochentas y noventas, la gente no percibía a la gráfica popular como un género artístico  y si hablamos de la “era Fujimori”, todo lo “chicha” era malo y nos tiraban barro por formar parte de la cultura chicha, pese a ello  surgieron los precursores de la gráfica de la cultura chicha, y lo que más me enorgullece es que entre estos artistas figura mi padre.

-Su universo artístico incorpora también los bordados, serigrafías e instalaciones…

- Si bien la tipografía es el eje de mi trabajo artístico, no dejo de explorar otras disciplinas afines como la pintura, los murales y las intervenciones.

-Sus murales, principalmente los referidos al rescate de nuestra identidad son de antología, ¿cómo se nutre?

-Soy un consumidor empedernido de revistas, documentos, libros y tipografías  relacionadas a las letras, a la psicodelia, en fin, observo todo lo que llega a mis manos.

-¿Cuántos años entregado a la creación de afiches?

-Me formé en el taller de mi padre a los 11 años, de ese momento hasta hoy han pasado más de 20 años trabajando en el arte de los afiches.

-Personajes como Flor Pucarina, Los Shapis, Vico y su grupo Karicia, hasta Tongo figuran en sus afiches, ¿es una constante?

-No necesariamente. Los músicos tanto del género chicha como los vernaculares son parte de mis referentes pero también otras temáticas  como nuestra identidad cultural me llaman la atención.

-¿Que hay más allá de los músicos vernaculares y tropicales?

- Con gran parte de ellos tengo una relación fraternal e incluso trabajamos algunas propuestas artísticas.  Definitivamente, lo mío es desarrollarme en el campo de la tipografía digital…

-¿Qué proyectos tiene a futuro?

-En los próximos meses expondré en Costa Rica, Argentina…ya lo hice en Chile.

Texto del curador César Ramos (Antropólogo y curador independiente)

Elliot “Túpac” Urcuhuaranga Cárdenas (Lima, 1978), diseñador y artista gráfico autodidacta, es el representante de esa generación de jóvenes que han participado en la creación del nuevo imaginario reflejado en los carteles de neón que recargan, con sus propios significados, las esquinas y calles de nuestra ciudad. Bajo la curaduría de César Ramos, esta muestra reúne significativos ejemplos del proceso creativo del artista limeño que, entre bordados, serigrafías, instalaciones y otras piezas intervenidas, dan cuenta de todo un importante capítulo en la historia de la ciudad de Lima. En palabras del curador:

El cartel neón es creación propia y heroica, vibrante y convocante símbolo de la ciudadanía autogenerada desde la migración. Arte surgido de la ética provinciana, de la “chamba con pachanga”, aquella que supo sumar el diario y duro trabajo con la fiesta de fin de semana, del ocio y el negocio. Así la proteica nación negada y excluida por las nefastas acciones de la república criolla surge emergida por la invasión y el pueblo joven, fundando una nueva identidad lograda por su “progreso” y autogestión. El cartel neón es el referente en esquinas y plazas de toda aquella rebeldía transformadora que tiene como principal bastión la combinación del color y la tipografía, protagonistas del nuevo imaginario de una Lima desbordada, insurgente y creativa, resultado de la experiencia de producir arte moderno con sensibilidad provinciana, capaz de romper con prejuicios culturales y de clase, tendiendo puentes, abriendo puertas, creando belleza para, en ese devenir, construir una patria más justa con todos nosotros.

Culmen de esta triunfante gesta popular es LETRA CAPITAL, individual del joven artista Elliot Tupac Urcuhuaranga en la que nos presenta el testimonio íntimo y personal de su romance con la tipografía iridiscente, apasionamiento que le ha permitido llevar a un nivel más complejo y sofisticado el poderoso proceso estético creativo construido por su familia a partir de su originaria tradición textil, especializada en los bordados wankas. Su padre Fortunato Urcuhuaranga estuvo ligado con el desarrollo de la incipiente plataforma musical masiva conformada por los coliseos ubicados entre La Parada, Cerro San Cosme, Cerro el Pino y El Agustino, en pleno corazón de la Lima provinciana. Esa relación le permitió generar, proponer e innovar junto a otras familias que apostaron por la serigrafía para hacer empresa, desarrollando estas atractivas formas de convocar la atención del público en torno a esa insurgente y novedosa industria cultural que fundó su horizonte en la apropiación de colores, diseños e iconografías surgidas de los textiles que pueblan los trajes tradicionales para, luego, trasladarlos a las banderolas y al cartel.

Una insurgencia estético popular de los albores del nuevo arte sonoro urbano impulsado por la movida tropical andina, cumbia peruana o chicha, difundida en locales como la Carpa Grau o la Playa Central y desde la sintonizada programación radial en amplitud modulada y posteriormente a la exclusiva frecuencia modulada que la proletaria industria musical dio cabida a esa modernidad otra, muy distinta a la que les fuera negada a sus mayores. Es así como una segunda generación de provincianos, los hijos de la migración, crearon sus propios referentes y una nueva identidad urbana que no ha dejado de democratizar desde abajo a la Ciudad Capital y, en consecuencia, de transformar la República.

Galería Pancho Fierro

Desde el 18 de noviembre

De martes a viernes de 10 a.m. a 8:00 p.m

Sábados y domingo de 1 p.m. a 8 p.m. ¡No se la pierdan!


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